La Seguridad Tecnológica en Empresas Financieras en una Era de incertidumbre y amenazas

Por Oscar Barone, CEO de Conciliac
Imagina un banco que, de un día para el otro, ve su operación paralizada. Un ciberataque devastador ha comprometido su infraestructura en la nube y los datos de millones de clientes están en riesgo. No es ficción, es la realidad que muchas empresas financieras han experimentado en los últimos años. En un mundo donde la seguridad de los datos es la nueva moneda de cambio, las organizaciones deben repensar su arquitectura tecnológica y encontrar el equilibrio entre escalabilidad y protección.
La Unión Europea ha dado un paso adelante con el Reglamento de Resiliencia Operativa Digital (DORA), una regulación que exige a las entidades financieras garantizar la seguridad y continuidad de sus operaciones ante amenazas cibernéticas. Pero Europa no está sola en esta carrera por la seguridad. En Estados Unidos, la SEC ha reforzado sus exigencias sobre informes de ciberseguridad y gestión de incidentes. En Latinoamérica, Brasil con su LGPD y México con la Ley Fintech imponen requisitos estrictos sobre protección de datos. En Asia, China y Singapur han establecido marcos regulatorios rigurosos que obligan a las empresas a adoptar métricas de protección de datos más estrictas. El mensaje es claro: la seguridad tecnológica ya no es una opción, es una obligación.
Si bien la nube ofrece flexibilidad, también expone a las empresas a riesgos significativos. Depender exclusivamente de proveedores externos es como confiar en que un vecino guarde la llave de tu casa: puede ser conveniente, pero también es peligroso. La solución está en la arquitectura híbrida: mantener el procesamiento crítico on-premises mientras se utilizan capacidades en la nube para análisis y reportes. Las ventajas son evidentes. Tener control absoluto sobre los datos sensibles, garantizar un mayor cumplimiento con regulaciones como DORA, reforzar la seguridad con infraestructura privada protegida por VPNs y firewalls dedicados, y contar con planes de contingencia eficientes con sistemas de respaldo locales.
Aquí es donde una plataforma de gestión de datos con un enfoque on-premises o híbrido marca la diferencia. No solo permite una mayor soberanía sobre la información, sino que también garantiza que los datos más críticos permanezcan bajo control absoluto. A diferencia de las soluciones completamente en la nube, donde la seguridad y el acceso dependen de un proveedor externo, una plataforma híbrida permite diseñar un ecosistema donde la información se procesa y almacena localmente, reduciendo la superficie de ataque. Es la diferencia entre tener una bóveda blindada dentro de tu empresa y confiar en un tercero para proteger tus bienes más valiosos.
Además, con una plataforma de gestión de datos on-premises o híbrida, la implementación de soluciones de seguridad avanzadas es más eficiente. La combinación de servidores locales con herramientas como segmentación de red, monitoreo en tiempo real y políticas estrictas de acceso permiten detectar y mitigar amenazas antes de que comprometan la infraestructura. La integración con inteligencia artificial facilita la automatización de respuestas ante ataques y anomalías, fortaleciendo la postura de seguridad sin comprometer el rendimiento de las operaciones. El “cuando” y no el “si” es la gran pregunta sobre los ciberataques. Desde ransomware hasta ataques de denegación de servicio, las empresas financieras deben asumir que en algún momento enfrentarán una crisis. Por eso es clave contar con backups continuos en servidores propios, planes de Disaster Recovery con redundancia geográfica, monitorización constante con AI para detectar y neutralizar amenazas en tiempo real y equipos de respuesta ante incidentes que actúen de inmediato ante cualquier anomalía.
La inteligencia artificial es un arma de doble filo. Por un lado, puede predecir y prevenir ataques cibernéticos, identificar patrones anormales y reforzar la seguridad de los sistemas. Pero también es utilizada por atacantes para desarrollar malware más sofisticado y ataques dirigidos. La clave está en utilizar la AI para potenciar la seguridad sin depender exclusivamente de ella.
Las empresas financieras deben preguntarse: ¿qué es más importante, la comodidad o la seguridad? La nube es útil, pero no infalible. El futuro de la tecnología financiera no está en la dependencia absoluta de terceros, sino en la combinación inteligente de recursos. Porque al final del día, no hay mejor lugar para proteger los datos que en casa.